Título: La chica del tren
Autora: Paula Hawkins
Traductor: Aleix Montoto
Editorial: Planeta
Año: 2015
Páginas: 496
Género: Novela policiaca. Novela negra
Sinópsis: El bestseller que arrasa en las listas de más vendidos en EE. UU. y Reino Unido. ¿Estabas en el tren de las 8.04? ¿Viste algo sospechoso? Rachel, sí. Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h. Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas casas? y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece? Tú no la conoces. Ella a ti, sí.
Ha sido la novela del verano, ha estado presente en todas las listas de los más vendidos, y no sólo se ha vendido, ¡la gente lo ha leído!! Ante tal cantidad de lectores es normal que haya opiniones para todos los gustos... En esta ocasión yo estoy en el grupo de los que no les ha gustado.
Para empezar la protagonista, Rachel, es terriblemente inaguantable. Me daba pereza coger el libro porque no me apetecía reencontrarme con ella y sus comeduras de cabeza. Aunque después conoces más al personaje y puedes intentar comprender los motivos para justificar su comportamiento... Para mi ha sido imposible, no puedo con ella.
Por otra parte el argumento, el crimen a resolver, es de sobra predecible. Cuando iba más o menos por la mitad ya tenía mi hipótesis, y aunque la autora trata de enrevesar la trama y dar algún giro, no hacía más que confirmarme mis sospechas que finalmente se confirmaron. No es la primera vez que esto me sucede, pero si la lectura es amena no me importa, circunstancia no presente en esta novela...
Este es un claro ejemplo de lo que vende una buena campaña de publicidad. Sin ella dudo que hubiese acabado en mis manos teniendo en mis estanterías otras muchas lecturas pendientes, que a poco serán mucho mejor que esta.
Sé bien lo que es sentirse hueca. Comienzo a pensar que no se puede hacer nada para arreglarlo. Eso es lo que he sacado de las sesiones de psicoanálisis: los agujeros de la vida son permanentes. Hay huecos, como las raíces de los árboles en el hormigón. Todas estas cosas las sé, pero no las digo en voz alta, ahora no.
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